
Dos de los anuncios utilizan animaciones figuradas, y además sin incluir ningún tipo de aclaración al respecto, induciendo a engaño sobre los cualidades de los juguetes a los pequeños espectadores. El anuncio de los muñecos Dogz y Catz, cuidaditos y pupitas, de la empresa Quirón, incluye imágenes animadas de estos perros y gatos con movimiento mecánico, en la que los juguetes aparecen corriendo por la casa, confundiéndolas con las imágenes reales. La publicidad de la Granja de Pin y Pon, de Famosa, también usa la animación de personajes, sobrepuesta a imágenes reales, sin ningún tipo de advertencia al respecto.
La publicidad de Cocolín Culolín Popó, de Jesmar, resulta marcadamente sexista. En el anuncio, una niña limpia el culito del muñeco mientras que un niño (el padre en el juego) vocifera desde el cuarto de baño exigiendo que la niña le lleve papel. Otro anuncio de Jesmar, el de Bebé Dentín, utiliza la credulidad e inocencia del menor, llevándole a pensar que el muñeco que se publicita constituye un instrumento para conseguir que su padre, habitualmente ocupado en su trabajo, juegue con él.
Por último, en la publicidad de Power Pc, de Vtech, se da la impresión engañosa de que el equipo incluye todos los componentes que aparecen en el anuncio, ya que existe un mensaje de que la impresora que aparece en el anuncio se vende por separado, pero resulta prácticamente imperceptible por su tamaño y colocación, al igual que las advertencias de que funciona con pilas y de que su precio es superior a 15.000 pesetas.
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